El fin de siglo trae la ....cebada de podredumbre














































































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Empecemos por casa, seamos democráticos realmente

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La mejor virtud del espíritu democrático en su aspecto filosófico es su condición asamblearia y pluralista, es decir, la parte en que a libertad de expresión se refiere es el lado no violento e intelectual y cultural de toda democracia que se haya dignado a no ser una demagogia y que habiendo logrado ser representativa de valores democráticos su nombre no es simplemente un eufemismo para mencionar una administración institucional. Incrementar el debate es ampliar la democracia, incluye proponer pensar un tópico de modo no individualista al someterlo a contrapunto con otro u otros. Además incrementar el debate y la libertad de expresión es incrementar la educación democrática de hecho, cosa que no hacen. 
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Imprescindible volver a este archivo una vez por semana porque diariamente crecerá durante un mes debido al caudal de trabajo que subiremos.

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"Si yo fuera un anticuario sólo me gustaría ver cosas viejas. Pero soy un historiador y por eso amo la vida." HENRI PIRENNE Axolotl peregrino (el Dragon hermenéutico) autor: Ricardo Garavito DNI 23.968798   Somos guardianes de una exorbitante riqueza cultural, la desbordante coloridad; sabores, aromas, faunas, etnias, lenguas, y misterios. Contener la sabiduría es una actividad nostálgica que queda recluida al ejercicio de un historiador poético que emana de quienes hemos sido maldecidos por la marginalidad cultural donde se hacina a los malditos del revisionismo cultural cuando dicho revisionismo es más una involuntaria consecuencia de la consciencia de un revolucionario que usa las artes y las ciencias como armas letales para quienes institucionalizan las hegemonías que forjan los intereses creados.   Tengo esta involuntaria obligación empujándome al abismo de las ferocidades que plagan el laberíntico descenso a los infiernos vivientes donde sólo luchan los de ide...
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Esta historia comienza el día en que te despertás del sonambulismo zombie panfletario

     Los primeros años de tu vida transcurren mientras te van programando para ser un sonámbulo zombie que vive dormido. Te ponen un nombre que no elegiste, te dan un número que queda asignado a tu nombre como si fueses un preso en un campo de concentración nazi o stalinista y te brindan conocimientos y costumbres prestadas que no has elaborado tú desde un criterio ético y científico sino que te son impuestas. Así comienzas a repetir cosas, palabras, conductas, costumbres que no cuestiones, que ni siquiera sabes si son lo correcto o lo nefasto del mundo. Tal vez vivas así de muerto toda tu vida y mueras así de dormido sin jamás despertarte.   El tiempo muerto de la repetición de lo no empírico no es ni ha sido jamás parte de la vida ni de la libertad sino todo lo contrario, es parte de la muerte y de la cárcel simbólica que se vuelve de a poco sólida, física, estructural. 
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