The Problem is

autor Ricardo Garavito DNI 23.968798

Argentina es un país que ha dejado de existir hace tiempo, y ser argentinos es vivir en ese país que ya no existe, divorciada la existencia de la identidad es como convivimos con la locura. Cuando alguien desea y quiere sanar debe poder comprender lo que esa realidad significa en verdad. Argentina es un país donde la única verdad son mentiras y esas mentiras se venden, se publican hasta que se vuelve la mentira la única realidad. A quienes como yo decimos y mostramos lo que realmente ocurre se nos censura. Es un modo amable de preparar todas las formas de desaparición forzada posibles. Argentina es eso. Un sistema de desaparición constante: desaparecen vidas, derechos, biografías, propiedades intelectuales, personas, y a fuerza de desapariciones finalmente hemos logrado desaparecer también como país. Comprenderlo duele, pero siempre será mucho más doloroso pretender lealtad de millones de traidores que para colmo viven en algo que no existe.

Una princesa orientalizada, por mi pluma, por mi espada, desfila en el hielo jurándome estar enamorada, como latina desenfrenada. Pasionaria del loto y la luna, en mi mitología y mis runas otra princesa se acuna. Una chica beb-bop-pop rockabilly que achina los ojos de lágrimas negras que le maquillan la piel de luna.
¿Será que en la nieve el rime y la sangre escriben mejor poesía que en la arena o que ella quiere también ser la Yoko de un John no pacifista? Como sea, ustedes la ven, tiene una voz que rompe muros, una belleza que parte espejos, un talento que se desenvuelve por sí mismo, sin embargo siempre busca mi mano, aquella con la cual yo acaricio el papel y la guitarra. Me miente soledades para seduciirme sabiéndose codiciada como toda hada.
Una preciosa flor de invierno, pegada a mi solapa mientras recorro los laberintos del infierno. De algún extraño modo yo siempre fui de los que beben en la barra a la madrugada y se quedan platicando con las meseras y camareras Nora, en eso tenías razón, pero no es cierto que yo esas costumbres las tenga porque no distinga cuan especial es cada mujer en la que fijo mi atención, y tampoco es verdad que me de lo mismo. ;) Es un tanto más complejo de explicar, podría comenzar porque no creo en la moral de las instituciones.
Esa es una buena promesa Jewel, incluye todas las ironías adecuadas y oculta nuestra relación.
 That's a good promise Jewel, it includes all the proper ironies and hides our relationship.


Claramente cada cual milita el "ni una menos" que le da el cuero para militar jejejejejedesearía estar yo bromeando Joss

No tengo la capacidad de fantasear con lo que he vivido, debido a que puedo diferenciar puedo crear y puedo desear, pero cuando hablo de lo que tuve o de lo que he vivido es diferente ¿verdad que eso es lo que me define como a alguien tan especial?

Jejejejeje y pensar que hay gente que cree que soy fantaseoso y no ha prestado atención a los detalles ,)

Se puede decir que hay algo inconfundible en mi estilo de expresarme, de tocar, de dibujar, de escribir, de decir, de estar en la mente de alguien ¿vos qué decís Camila? ¿Es suficiente claro qué personas están profundamente influenciadas por mí y mi estilo y mi personalidad o no? Respirá hondo y meditalo mucho antes de responder cualquier cosa ,) Este 2020 les prometo obras colosales estimadas sirenas jejeje varadas no están claramente ;) Veo que leíste todo lo que escribí hasta el 2018 y principio del 19.

Vamos a agregar conceptos de forma y de fondo ,) ¿Te parece? Comencemos por dos clásicos más para luego saltar a algo más avanzado ;) y divertido. ;)





Tienen que ganar lenguaje por cuestiones narrrativas y estéticas, vamos a llevarlo a un lugar cada vez más elaborado ¿ok?

Música acuática' fue la primera novela de Boyle, una sublime fantasía, divertida e indecen­te, que anunció al mundo el naci­miento de uno de los grandes talentos de la actual narra­tiva norteamericana. Ambientada en las postrimerías del siglo XVIII, esta ficción histórica narra las disparatadas aventuras de Mungo Park, un soñador que aban­dona su pacífica Escocia natal para adentrarse en el salvaje e inexplorado corazón del África negra, y de Ned Rise, un buscavidas que intenta abrirse camino en las calles de un Londres miserable. Dos historias llenas de ana­cronismos y licencias hilarantes que mezclan las vidas paralelas de dos personajes que acabarán uniendo sus destinos en primera expedición del hombre occidental a las fuentes del Níger.


Cuando la realidad se erige en obstáculo insalvable para la consecución de nuestros deseos, el arte es casi el único refugio del espíritu atormentado, como si el contraste entre luz y sombra, sonido y silencio, palabra y mutismo reflejara mejor que cualquier otra expresión humana las fuerzas antónimas cuyo conflicto suele ser causa del desencanto y la infelicidad. En esta sorprendente y magistral novela —ganadora del Premio Whitbread y del Fémina Étranger, entre otros— Rose Tremain ha elegido la música como elemento restaurador de orden, belleza y armonía en unos seres zarandeados por las turbulentas corrientes de la Historia. Por medio de una serie de voces de matices exactos, donde los personajes secundarios cobran tanta importancia como los principales, Tremain sumerge al lector en la variopinta corte del erudito rey danés Cristián IV y su disoluta consorte Kirsten. La reina madre, inmersa en su muda soledad; el conde irlandés O’Fingal, que sueña con la melodía perfecta; el joven músico Peter Claire, virtuoso ejecutante de laúd; la joven Emilia, dama de compañía de la reina; y naturalmente, la lujuriosa Kirsten, que con su tenaz independencia es la supuesta raíz de todas las desgracias del rey, conviven en un ambiente tan refinado y suntuoso como apasionado y dramático, donde los agudos contrastes entre el bien y el mal, la violencia y la ternura, la música y el silencio marcan sus respectivos destinos. Como si de una inmensa obra polifónica se tratara.



Hermoso título para una novela íntima y potente, como un secreto que inaugura la vida lastimando las razones comprendidas.Hay un personaje que volverá sobre las cicatrices de un amor y de su propia historia, resignado a saber, sin saber ciertamente, que algo de todo aquello se ha enquistado en sus entrañas como fatal amenaza. Como se ha enquistado, profunda, la soledad. La soledad de ese pueblo que queda atrás, como esa mujer que se entregaba los viernes, servil y callada, ampliando el vacío de la pieza oscura.En La música en que flotamos, Orlando Van Bredam despliega su maquinaria narrativa para viajar del norte al litoral en una agonía de recuerdos e ilusiones que parecen quemadas. Y viaja, su personaje, junto a la literatura y junto a los fantasmas que le hablan de un padre tan distinto a él, de una madre tan miedosa de él, de una mujer tan lejana a él.Hermosa novela de uno de los principales referentes de las letras entrerrianas, con gravitancia nacional, que elige, para nada caprichosamente, una frase de Juan L. Ortiz para titular su obra.(Julián Stoppello)


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